jueves, 19 de diciembre de 2013

Frankestein educador

El escritor Philippe Meirieu nos brinda con su libro Frankestein educador, el cual fue publicado en el año 1998. Desde entonces ha servido a muchos estudiante y profesores como ayuda didáctica para que todos sepamos como debe de formarse a la persona que educa (educador)  y como éste debe formar al educando transmitiéndole determinados valores.

El libro está dividido en tres capítulos, en el cual cada uno de ellos trata un tema diferente aunque siempre con el fin relacionado entre sí.
En el primer capítulo: Frankestein o el mito de la educación como fabricación el autor hace una comparación entre el educador y el cuento tradicional de Pinocho, donde se extraen varias conclusiones: que a veces se olvida los intereses del educando y por otra parte que el educador como no puede o no sabe ponerse en el lugar de la otra persona y guia su educación siguiendo sus propios intereses. También añadir que también se comenta el efecto pigmalión y la ''confusión'' que se crea a veces entre el educador y el educando al igual que la de Frankestein  y el monstruo ya que es obra suya y el educador parece pretender poseerlo.

En el segundo capítulo: A mitad de recorrido por una verdadera ''revolución copernicana'' en pedagogía es donde se empatiza con la importancia de situar los conocimientos que los niños adquieren en el contexto en el que fueron elaborados de manera que se conecten con todo aquello que les da sentido. ''Si la pedagogía logra centrarse en la relación del sujeto con el mundo se llevará a cabo la verdadera revolución copernicana en pedagogía''. Después de esto, se muestran las siete exigencias que se tienen que dar para una revolución copernicana.

El tercer capítulo y el último : La pedagogía contra Frankestein donde se habla del ''hacer para que el otro haga'' . Estimular al niño sin influenciar su voluntad. Trabajar con el alumno en concreto (pedagogía diferenciada) apropiación emancipadora de los saberes. El educador debe atribuir al niño sus actos sin acusarlo cuando este se descarrile. El docente cumple el rol de mediador entre el conocimiento de la cultura y el niño.


Por último y a modo de conclusión decir que a lo que todo el mundo llega es que no hay que confundir educación con fabricación, sino que hay que permitir que el niño se construya a sí mismo como sujeto dentro del mundo que le rodea.


No hay comentarios:

Publicar un comentario